Decimos “estoy estresado” como si fuera lo más normal del mundo.
Y sí, es normal… pero no debería serlo tanto.

Vivimos tan acostumbrados a correr, cumplir, aguantar y exigimos tanto de nosotros mismos que el estrés se volvió parte del paisaje. Pero lo que muchas veces no sabemos —o ignoramos a propósito— es que no hay un solo tipo de estrés. Hay varios, y cada uno afecta de manera distinta.

Algunos llegan de golpe. Otros se van metiendo de a poco, hasta que ya no recordás cómo era vivir sin esa presión en el pecho o ese nudo en el estómago.

 

En este post te contamos cuáles son los tipos de estrés más comunes hoy en día, cómo reconocerlos, por qué aparecen y por qué es clave dejar de normalizarlos.
Porque sí, estar cansado todo el tiempo no es normal. Y hay formas de empezar a cambiarlo.

 

💥 1. Estrés agudo

El más común y el más intenso (pero de corta duración).
Aparece cuando enfrentamos situaciones puntuales que activan una fuerte respuesta emocional: una discusión, una fecha límite, un susto, una mala noticia.
Se siente como ese "bajón" repentino, taquicardia, tensión muscular o pensamiento acelerado.
➡️ ¿Lo bueno? Si se resuelve, el cuerpo vuelve al equilibrio.
➡️ ¿Lo malo? Si pasa todo el tiempo, se vuelve crónico.


🔁 2. Estrés agudo episódico

Cuando vivís en modo “crisis semanal”.
Es como el estrés agudo… pero recurrente. Gente que siempre está apurada, al límite, con la cabeza en mil cosas.
Sienten que nunca alcanzan, que todo es urgente, y viven apagando incendios emocionales o laborales.
➡️ Genera desgaste emocional, ansiedad constante, insomnio y síntomas físicos.
➡️ Muchas veces pasa desapercibido porque “así es mi vida”.


🧠 3. Estrés crónico

El más peligroso. Y el más normalizado.
Este es el estrés que se instala. Dura semanas, meses o años.
Aparece en personas que viven situaciones prolongadas de presión, exigencia o frustración: sobrecarga laboral, conflictos familiares, cuidar a alguien enfermo, pobreza, relaciones tóxicas o simplemente vivir en modo automático.
➡️ Impacta gravemente en la salud física, mental y emocional.
➡️ Puede llevar al burnout, ansiedad generalizada, depresión y enfermedades.


🧳 4. Estrés laboral (o burnout)

El famoso “estar quemado”. Literal.
Se da cuando el trabajo deja de ser fuente de realización y se vuelve una carga emocional.
Exceso de tareas, falta de reconocimiento, presiones constantes, mal clima laboral, autoexigencia, falta de pausas… y ¡boom!: te levantás cansado, vivís irritado, ya no te interesa lo que hacés y soñás con desaparecer (al menos del grupo de WhatsApp de la oficina).
➡️ Reconocido por la OMS como un síndrome.
➡️ Requiere atención, cambios y, muchas veces, ayuda profesional.


💔 5. Estrés emocional

Ese que no viene de afuera, sino de adentro.
Aparece cuando hay conflictos internos no resueltos: culpa, angustia, duelo, ansiedad por el futuro, miedo al fracaso, baja autoestima.
Aunque no haya “problemas visibles”, sentís que algo está mal. Te sentís agobiado, sin energía, con pensamientos que no paran.
➡️ Es silencioso pero pesado.
➡️ Necesita introspección, autoconocimiento y muchas veces, acompañamiento.


🧬 6. Estrés postraumático (TEPT)

Una herida emocional que el cuerpo y la mente no pueden soltar.
Se produce tras vivir situaciones traumáticas: violencia, abusos, accidentes, pérdidas fuertes, etc.
El cuerpo y el cerebro quedan en alerta, como si el peligro siguiera presente.
➡️ Puede incluir flashbacks, hipervigilancia, pesadillas, miedo constante o insensibilidad emocional.
➡️ Requiere tratamiento psicológico especializado.


📱 7. Estrés digital o “infoxicación”

Nuevo, moderno y cada vez más común.
Estamos expuestos a miles de estímulos: notificaciones, mensajes, mails, redes sociales, noticias alarmantes.
El cerebro no descansa y siempre hay algo “más” por leer, responder, revisar o comparar.
➡️ Provoca ansiedad, fatiga mental, baja productividad y sensación de estar “siempre encendido”.
➡️ Se combate con detox digitales, pausas y límites claros.


💔 8. Estrés relacional

Sí, las personas también pueden estresarte (y mucho).
Este tipo de estrés viene de vínculos tensos o exigentes: relaciones de pareja, amistades desgastantes, familiares invasivos, jefes tóxicos, falta de comunicación o exceso de conflicto.
➡️ Provoca agotamiento emocional, frustración y sensación de no poder ser vos mismo o misma.
➡️ Trabajar en límites y en el tipo de relaciones que elegís es clave.


🔄 9. Estrés anticipatorio

Ese que aparece por cosas que todavía ni pasaron.
Preocupación constante por lo que podría salir mal. Vivir en el futuro, anticipando escenarios, creando tensiones antes de que sucedan.
➡️ Muy vinculado con la ansiedad.
➡️ Requiere trabajo mental y herramientas de atención plena.


💡 Conclusión:

El estrés no es un solo tipo. Tiene muchas caras, muchas causas y muchos efectos.
Lo importante es aprender a reconocerlo a tiempo, porque cuanto más se queda, más se instala.
Y si bien no podemos eliminarlo del todo, sí podemos aprender a gestionarlo, bajarle el volumen y empezar a vivir con más calma.

💙 Si esto te resonó, tenemos algo para vos

No estás solo o sola en esto. Y no tenés que seguir sobreviviendo días cargados de exigencias, ansiedad y cansancio sin sentido.
Por eso creamos nuestros ebooks prácticos, para acompañarte paso a paso en el proceso de reducir el estrés, reconectar con vos y vivir con más calma (de verdad).

📘 Acciones simples. Reflexiones profundas. Resultados reales.
Todo en formato digital, para que lo lleves en tu celular y empieces a cambiar tu día desde el momento en que lo abrís.

 

👉 Hacé clic y elegí regalarte bienestar.
Porque si no lo hacés vos, ¿quién?